Mientras allí en el
claro
se detiene el perfume de las rosas,
el envanecido murmullo
de los pájaros,
aquí, en mis adentros,
arrecia la tormenta
y con furia cabalgan
negrura y sombra,
me dejan el
negro y baldío desvelo,
los dañados bordes
de un corazón casi vencido,
las detenidas horas
en las que mi otro cuerpo
se perdiera.
Sin saber del
cansancio de mi boca…
Sin saber del cansancio de mi boca,
me sangran amapolas en los labios,
me sangran y me acercan a la mística del sagrario,
al incendiario arrebol de su savia reseca.
Ya se me apresuran las estelas violáceas
de todos mis desiertos,
ya se me afierran los táctiles recuerdos
a la noble mansedumbre de las sombras.
Ya me sangran amapolas en los labios
y espejismos, trasparencias,
ríos de sangre debilitada se abren desde el rocío
hasta esta amargura seca que es mi boca.
Ya busco el atajo que abrevie mi destino,
las afueras desde donde divisar
el imposible escorzo de mi espalda,
la intacta voracidad con que me mastico.
Busco el Ángel que me aguarda
o el céfiro que me expulse del Paraíso.
De repente estás ahí
parada en medio
de mi memoria,
me ofreces
diez amaneceres rojos
en la punta de tus dedos,
el néctar que aún persiste
en tus manos marchitas
pero dime, como he de vivir
con este corazón,
con el pedazo de nada
que me has dejado.
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Vuelvo sin poder volver
A esta que fue tu casa,
Al silencio que no es descortesía,
Ni carga, es llanto desbordado
Muy adentro desde los ojos.
Vuelvo a esta que fue tu casa
Y cierro postigos
de puertas y ventanas,
Improviso una penumbra
Y una almohada
Para que descanses.
Vuelvo al cansino avanzar
De los segundos
Abismada en la angustia
De ser pedernal incólume
A ese que no es ya tu tiempo,
Abismada en la angustia
De ser herida al borde de la sangre,
Vacio hondo y breve, tajo fugaz
En el que apenas te detienes.
Vuelvo a esta que fue tu casa,
Al trazo urgido de palabras
Que de una vez me sacian,
Al gesto malogrado que es pálpito,
Rareza en este entorno
Donde han mudado de color
Las paredes y los geraneos.
Y así, con un pasmo turbio
En mis ojos rotos por las cicatrizes,
Vuelvo sin poder volver
A esta que fue tu casa.
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