(Ante la
gigantesca bandera española de la Plaza de Colón en día de brisa)
Esa tela
imantada de rubor,
solitaria
danza transida de cielo,
de la
alondra amiga,
pareciera
dolerse sinuosa sobre su pecho
y rescatar
su armoniosa dobladura
al rítmico
compás del viento.
Bandera y
nación en mudo grito,
eterna
combinación de sangre y trigo;
intermitente
y dulce coreografía
en éxtasis
de amor al mástil defendido.
Bandera y
beso en columpiar abrazo,
pulso de ola
enamorada,
juguete, en
fin, de la música inspirada.
(Madrid
23/8/2015)
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