ACOSO Y DERRIBO
(Del Teatro Bretón)
Allí, en tu penumbra,
deje que unas manos indagaran
en mi intimidad
y que pieles extrañas
rozara la mía
y que las lágrimas
se deslizaran mansas,
casi sin querer, por mis mejillas
y me volví irreverente
y me emocioné con cada mirada
y me ahogue en todos los mares
y bese sin labios
y me ruborice sin vergüenza
y fui partisana
y soñé.
Allí, fuera de tu penumbra,
volví a dejar que otras manos
indagaran en mi intimidad
y que, por milésima vez,
las lágrimas se deslizaran mansas,
casi sin querer, por mis mejillas
y que otras pieles extrañas me rozaran.
Y viví muchas vidas fuera de tu penumbra.
Hoy,
me duelen tus heridas,
me duelen mis heridas
y por tus cristales rotos,
por mis venas abiertas
se me escapan volando los recuerdos.
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