Va vestido de piedad;
meditabundo, despechos,
odiador de los deshechos
que abandona la ciudad.
Cara a cara nace al sol,
en verano suda bronce,
casi nadie le conoce
cuando en el bar grita ¡gol!.
Escoba y carro es encono,
identidad y estandarte,
funcionario y el primero
que a las seis se calza el mono
y a y media ya tiene el arte
de un eficaz barrendero.
El barrendero, Puerta del Sol, Madrid
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