EL PORTÁTIL
He perdido el olfato
que tenía,
pego el dedo a cada
letra cual poseso,
si preguntan por Luis
contesto queso,
el portátil me come
cualquier día.
Es su calor como un
gran cráter,
la noche y el día
funde sin conciencia,
nada tiene fulgor ni
pertenencia
y cuando voy a cagar
lo llevo al wáter.
No es un mundo
infinito, es la pared,
es la reja que
troncha la emoción,
ceguera que destroza,
incensario
que bendice los
milagros de la red
y te compras en un
“clic” un camión…
¿cómo puede ser un
mal tan necesario?
14/10/13
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EL
SORCE QUE AMO
(Leer preferentemente con el diccionario a
mano)
Ágil sorce de callada
senda
que en la ópima
despensa
convulsiones de
hambre descabalgas.
Paseante liviano por
el sofito agudo
en el atardecer
hermoso
a materia de orespe
sólo comparado.
Sorce al que hacen
sosaño
hasta el terete
que ladra en ululato
sin entraña.
Canijo irrisorio, de
alma breve,
zalacaín de la noche,
alada huella sin
pisada.
Señal etérea de usgo
ajeno
que sueñas uzo mudo y
complaciente.
Ancha noche te agarra
y te libera en ustión
de sombras,
fantasmal alípedo y
tierno sonajero.
Odias la luz y el
cande lácteo
y en tu olfato de
dios redimes los carmes
para seguir navegando
entre el cangro de
muerte
y tus pies de seda.
11 / 06 / 2010
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